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domingo, 5 de junio de 2011

Y finalmente el roce hizo el cariño.

Estaba por suceder, todos menos yo se lo esperaban, tantos momentos, risas, secretos, tantas cosas con él acabarían por ser la causa de mis rayadas. Esas estúpidas rayadas sin sentido, pues no hay motivo de su existencia, pero alfin y al cabo, soy así, una rayada, celosa y estúpida. 
Y por mucho que no me entienda ni a mi misma lo unco que se es que para estar bien, me vale un abrazo suyo, una sonrisa, o unas simples palabras. 
Odio cuando se enfada, o cuando se pica, pues entonces es cuando más me como la cabeza. 
Ante todo quiero que sonria, que sea feliz, y que no se deje llevar por las tonterías que aveces me invaden, porque sin lugar a dudas no tienen la más mínima importancia, son tonterías pasajeras. Pasajeras, pero lo que no es pasajero es lo mucho que puedo llegar a quererle aunque él no lo sepa.

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