-(Corazón): Pero es que le quiero, joder, le quiero. No sé si podré hacerlo.
-(Cerebro): Claro que puedes. El único problema aquí eres tú.-(Corazón): ¿yo?
-(Cerebro): No seas tan ingenua. Sabes de sobra que no tienes la menor intención de dejarle ir. Sufres con y sin él, pero no haces por cambiar nada.
(Corazón, enmudece, ya que se queda sin razones a las que atenerse)
-(Cerebro): Dolerá. No te voy a mentir, no puedo. Pero, si lo que de verdad quieres es acabar toda esta mierda, primero tendrás que aceptar que dolerá, y que no va a ser fácil.
cuanta razón tiene esta entrada no queremos hacer nunca lo que debemos y aunque nos duela a veces siempre hacemos lo que no deberiamos.
ResponderEliminarUn blog precioso! :)
un saludo desde:
http://yourfavoritehistory.blogspot.com
me alegro mucho de que te haya gustado, un besito enorme(:
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