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domingo, 28 de julio de 2013


Soy un hombre con una pequeña historia: 
La ilusioné y así fue como ella se enamoró de mí, le hice creer que era mi vida mientras existían otras “vidas”, recuerdo sus besos, sus caricias y otras cosas con las que jugaba y no me importaba. A veces pensaba que era muy buena para mi, pero no podía parar de jugar, me creía un genio al ver como la tonta me creía y me perdonaba cada una de mis traiciones. Recuerdo su llanto por teléfono y sus largos mensajes, recuerdo como rompí su corazón, ese corazón donde yo vivía… Pasó un tiempo y se cansó de mi. Ahora yo estoy aquí, hechándola de menos, esperando un mensaje, una llamada, un beso, un abrazo o una simple mirada… y que tal vez pueda perdonarme, llorando por cada momento que no supe aprovechar… momentos que no volverán y que solo ella sabía darme. Creí que ella era MI JUEGO, y terminó jugando mejor que yo.

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