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miércoles, 25 de mayo de 2011


Me gritaste que me querías, que nada te haría cambiar de opinión, que siempre fui yo y que nunca hubo nadie más. Qué las películas de amor eran para tontos, que nosotros teníamos la nuestra propia. Me regalaste un mundo diferente, lleno de ilusiones, de cenas inesperadas, de rosas blancas y de canciones de amor. Me hiciste aprender que la vida son dos días y que si yo no los aprovechaba nadie lo haría por mí. Te dije mil veces que gritaras al mundo que me querías y me lo susurraste con la excusa de que yo era tu mundo. Cantamos en el tejado las canciones de los Beatles y nos quedamos dormidos contando estrellas. Viajamos a los mejores lugares. Recorrimos España en moto. Dedicamos la obra de Romeo y Julieta a las personas que algún día habían sentido el sentimiento ese tan extraño. Hicimos la cama para destrozarla de nuevo. Apagamos el sol y encendimos el universo.

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